La Universidad de Alicante veta a un historiador «erudito» pese a tener tres sentencias a favor.
El mundo 10 de diciembre de 2014
JOSÉ ANDRÉS GÓMEZ
“Me han asesinado académicamente. Soy un desperdicio universitario ”. El lamento de David Garrido, doctor en Historia por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), encierra rabia y decepción tras 11 años de pleitos contra la Universidad de Alicante (UA). La razón, una plaza de profesor, esta institución, ha sido denegada, después de tres sentencias, a su favor, entre ellas una del Tribunal Supremo, siendo el único candidato.
El pasado 28 de octubre, por tercera vez consecutiva, una comisión evaluadora volvimos a comunicarnos una decisión que ya conocía un antemano. La calificación más reciente de toda la vida en la investigación: «Totalmente deficiente».
La historia comienza el 8 de diciembre de 2001, la fecha en la que se publicará en el BOE, la convocatoria de una plaza de profesor titular en la UA, el área de Ciencias y Técnicas Históricas, el ámbito de Historia Medieval, a la que Garrido, por entonces profesor asociado de Paleografía y Diplomática de la UAB. Junto a él, la candidata de la casa, Verónica Mateo Ripoll, que durante dos años había trabajado como ayudante en este campus.
«Me presenté a la plaza en enero de 2003 y me tomaron el pelo» , recuerda la historia, que ha publicado en las revistas tan importantes como ‘Scriptorium’, comparable con ‘Nature’ o ‘Science’ en su campo-. El tribunal de la UA decidía adjudicar la plaza a Mateo, la hija del entonces gerente de la Fundación Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) y ese mismo año Premio Maisonnave una propuesta del mismo departamento, pese a no cumplir con los requisitos exigidos por la Ley Orgánica de Reforma Universitaria (LRU, por sus siglas en inglés) de 1983. El orador, Salvador Ordoñez, fue obviado.
Casi cuatro años después, el 20 de noviembre de 2006, una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV). Sin embargo, la decisión, la decisión, el fallo supremo con un recurso de casación.
En julio de 2010, el Alto Tribunal ratificó la sentencia de TSJCV y obligaba, además, a la plaza de profesora titular y titular de ostentaba Mateo desde 2003 de forma ilegal y que, en cuestión de un día, fue recolocada como profesora contratada doctora en la UA.
“A mí, mientras tanto, me volvieron a convocar en 2010, me encerraron en un cuchitril con la misma comisión evaluadora que me examinó en 2003 y me volvieron a suspender”. El examen fue en esta ocasión, cuanto menos, curioso. Los miembros del tribunal dijeron de Garrido que tenía “una muy buena producción histórica y humanística”, un currículum propio de un “escritor renacentista”, de un “erudito”, y una formación “que quizás muchos quisiéramos”. Alabaron la labor investigadora del aspirante y, sin embargo, le volvieron a denegar la plaza. Esta vez por no cumplir con el perfil requerido -profesor de Paleografía y Diplomática, rama en la que es experto- mientras aseguraban “tener las manos atadas”.
El historiador decidía acudir por tercera vez a los tribunales con un nuevo contencioso, alegando además algunas irregularidades en el proceso: uno de los miembros de la comisión que lo evaluó había fallecido y no había sido sustituido y otro había intervenido estando ya jubilado. Así, el 5 de diciembre de 2013, 10 años después de presentarse a la plaza por primera vez, una nueva sentencia del TSJCV declaraba nulas las actuaciones de la comisión e instaba a la UA a repetir el proceso con miembros distintos “habida cuenta de la fundada duda de imparcialidad” de los anteriores.
El pasado 28 de octubre volvía a repetirse la escena. La UA montaba esta vez un nuevo equipo evaluador y el doctor Garrido se enfrentaba de nuevo al veredicto de un tribunal universitario que volvía a suspenderlo siendo el único aspirante a una plaza convocada hace más de 11 años. La valoración del curriculum de este historiador, tildado de “erudito” en anteriores convocatorias y, aun así, rechazado, ha sido ahora de “totalmente deficiente”.
El pasado mes de noviembre elevaba al actual rector de la UA, Manuel Palomar, una nueva reclamación sin muchas esperanzas de ser escuchado. “Yo estoy bien jodido, vapuleado, con una carrera enviada a la mierda mientras los corruptos campan a sus anchas”, cuenta al otro lado del teléfono. La llamada “discrecionalidad técnica” ha impedido que sea la Justicia la que valore los méritos de este eterno aspirante y que vuelva a ser convocado a concurso una y otra vez.
En el libro desde 2010 y con un hijo de 17 años , Garrido, a sus 49 años, tiene pocas esperanzas de conseguir la plaza para la que se ha preparado durante toda una vida. Aun así, usted tiene que ir más allá de su caso particular. “La endogamia y el nepotismo son los machos endémicos. La Universidad es una pasta para pasar este día tras día con total impunidad «.