El Profesor Jorge Lirola, de la Universidad de Almería, ha sido denunciado por el Rector de su universidad por la presunta comisión de 18 faltas muy graves y graves; y éste ha ordenado abrirle un expediente sancionador. Lirola, que es miembro de ATU, viene denunciando múltiples casos de corrupción en su universidad desde hace 30 años; y anteriormente había sido sancionado dos veces, si bien ambas sanciones han sido anuladas por decisiones judiciales firmes.
Entre sus actuales denuncias están los amaños de plazas que se producen en su universidad y en otras universidades (asesoró en nombre de ATU una denuncia en la Universidad de Salamanca que llevó a que fueran anuladas, por intervención judicial, dos cátedras por haber sido amañadas para que fueran asignadas a personas, previamente determinadas). También ha denunciado los planes de estudio, hechos a medida de los profesores y no de las necesidades de formación de los alumnos; y, en general, la prepotencia de unas autoridades que tratan de acomodar las leyes a su conveniencia, con total impunidad.
El profesor Lirola está sufriendo un acoso permanente desde hace años, que puede entenderse como una venganza por sus denuncias y su firme decisión de que las autoridades cumplan con la legalidad y acaben unos abusos, como puede ser que desde hace años traten de imponerle una carga docente que el entiende que no respeta ni sus derechos ni las leyes vigentes.
Como hecho significativo, se da la circunstancia de que el Rector que ahora quiere sancionarlo, en el anterior expediente sancionador, en el que se le condenó a 4 años y 3 meses de suspensión de empleo y sueldo,-suspensión anulada posteriormente por sentencia judicial firme- lo defendió contra el entonces Rector, porque el actual Rector en ese momento ejercía como oposición, pero, en esta ocasión, cuando en la Universidad de Almería no existe oposición (acaba de ser reelegido como único candidato), ha decidido sumarse a la persecución contra el profesor Lirola.
Desde ATU, exigimos al Rector de la UAL, como parte interesada, que pare, de forma inmediata, este acoso contra el Profesor Lirola, sobre todo porque, en virtud de la autonomía universitaria, se da la paradoja de que son las propias universidades las que han de resolver los casos de acoso que se producen en ellas. En estas circunstancias,¿cabe hablar de indefensión del Profesor Lirola cuando el acoso sufrido proviene de las propias autoridades de su universidad?